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Participamos en la Asamblea Mundial de FIMARC

En representación de México, la compañera Mercedes Páramo de CEDESA participó en la asamblea internacional de la Federación Internacional de Movimientos de Adultos Rurales Católicos (FIMARC), en la ciudad de Chiang Mai, Tailandia.

La asamblea, organizada por la FIMARC, Caritas Asia y Tailandia, tuvo como eje “La transformación del sistema alimentario y de la economía y la conversión ecológica a la Luz de Laudato Sí”. Asistieron representantes de 30 países: 7 de África, 13 de Asia, 4 de Europa y 6 de América Latina.

En grupos, se realizaron procesos de inmersión en experiencias campesinas en comunidades de Tailandia. Visitamos la provincia de Phayao, donde se firmó un acuerdo para el impulso del trabajo agroecológico en las comunidades campesinas de esta región; el Centro de aprendizaje Ban Mae Ka, donde trabajan con una filosofía de economía social a través de una red de agricultura orgánica con productores de arroz; un centro educativo agroecológico apoyado por la Universidad de Phayao donde implementan técnicas agroecológicas; con la Red de Hogares agrícolas del sub distrito de Mae Sai se compartieron los alimentos tradicionales, bailes y ceremonias ancestrales.

Fue de gran interés conocer las dinámicas y relaciones que se viven desde el punto de vista espiritual y religioso en la cultura tailandesa, donde 95 por ciento de la población es budista, 4 por ciento es musulmana y solo 1 por ciento es cristiana y católica.

Visitamos algunas iglesias católicas y templos budistas donde se compartieron las experiencias de trabajo conjunto y la preocupación común por el cambio climático y las acciones que están proponiendo para enfrentar sus efectos.

En la escuela católica de Plyamart, a cargo de las hermanas Usulinas (que trabajan con 200 niños, la mayoría budista), la educación no sólo se centra en lo académico, pues tienen talleres de actividades culturales, artísticas y otros, como la siembra de arroz, crianza de animales y la elaboración de botanas naturales. En estos trabajos participan los niños, los maestros y también se integran los padres de familia y hasta los egresados.

Después de la experiencia de inmersión, en la asamblea internacional se discutió sobre la transformación del sistema alimentario y la conversión ecológica, el impacto del COVID 19 en la agricultura campesina y las experiencias agroecológicas de la Vía Campesina en Tailandia. Por las noches se organizaron actividades culturales para compartir las tradiciones de cada continente.

Durante las sesiones de asamblea se informó sobre las actividades realizadas en los últimos 4 años, se eligió un nuevo comité ejecutivo y de representación por continente y cada región presentó una propuesta de plan de trabajo para los próximos 4 años.

Finalmente se realizó un acto de clausura con una celebración eucarística en la catedral del Sagrado Corazón de Jesús en el centro de la ciudad de Chiang Mai, se dio cierre a estas actividades con una cena de platillos tradicionales y una velada cultural.

Mantenemos viva la llama de la FIMARC

En el camino de más de 50 años de CEDESA se ha tenido vinculación y articulación con diversas organizaciones locales, regionales, nacionales e internacionales, para quienes nos hemos ido integrando en este proceso de vida ha sido común escuchar y disfrutar las historias sobre las experiencias y el fortalecimiento que trajo al equipo y al trabajo el participar en las asambleas mundiales de la Federación Internacional de Movimientos de Adultos Rurales Católicos (FIMARC), que se realizan cada cuatro años, donde se da el encuentro de representantes de organizaciones y movimientos de adultos rurales católicos, campesinas y campesinos, donde en su momento participaron Lucha Rivera, Tere y Chela Martínez.

Lucha formó parte del Comité de representación de América Latina en la FIMARC, pero tras su fallecimiento el seguimiento se dio a nivel nacional por otras organizaciones campesinas, en los últimos años se retomó el contacto y en el mes de septiembre de este año se recibió la invitación para asistir a la asamblea mundial.

Mercedes Páramo comparte que de las experiencias más memorables de este encuentro se puede mencionar el conocer una cultura muy diferente a la nuestra, desde los alimentos, las tradiciones, la espiritualidad y el idioma.

A pesar de estas diferencias, pudimos compartir experiencias, reconocer las mismas limitaciones que encontramos en nuestra vida campesina, como la migración de los jóvenes a la zona urbana, en el campo permanece mayormente la población adulta.

También compartimos problemáticas del agua, pero no por escasez sino por mala calidad, la contaminación y la falta de tecnologías adecuadas para su cuidado; los efectos del cambio climático y la falta de precios justos para la producción de alimentos.

Además de la importancia del arroz como centro de su alimentación, de la vida y ritualidad campesina; el consumo del chile y el picor en sus alimentos, la existencia de plantas propias de nuestro país como la chaya y el maíz.

Fue una experiencia esperanzadora, pues a nivel mundial sigue viva la vida campesina y se sigue luchando por conservar el amor y cuidado a la madre tierra, la importancia y valor de la organización comunitaria y la articulación del proceso de organización latinoamericano y mundial a través de la FIMARC.

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